Me pagan por escribir, lo que oyes.
Y quien diga que escribir es fácil, que se ponga a vivir de ello y en unos meses hablamos.
Pero a mí se me da bien.
Ya desde pequeña tenía un talento natural para hacerlo y lo sabía.
Los "cuñados" dirán que ahora se hace todo con la IA y que ChatGPT te da unos textos maravillosos.
Sí, es cierto, no te lo voy a negar.
Pero son textos sin esencia, sin sentimiento.
Escribir no es copiar y pegar.
Escribir es sentir, inspirar, remover emociones. Transportar a las personas a otros lugares, que puedan oler lo que tú hueles y que se despierten los recuerdos.
Y eso, es un arte.
¿Sabes por qué se me da bien escribir?
Porque toco el alma de las personas.
Y eso solo se consigue de una forma.
Sabiendo qué quieren, qué desean, qué les mueve, con qué sufren y con qué disfrutan.
Ayudo a mujeres emprendedoras a levantar sus negocios digitales. Porque emprender no es fácil y menos aún si tienes hijos.
Las que hemos emprendido sabemos que no es un camino fácil.
De repente te conviertes en "todóloga".
Tienes que saber de marketing, ventas, gestionar pagos y cobros.
Así a "grosso modo", eso son de 3 a 4 carreras universitarias.
El que funcione un negocio, no es cuestión de suerte.
Simplemente, rodearse de las personas adecuadas.
Ya lo decía Séneca: "La suerte es donde la preparación y la oportunidad confluyen".
Pues eso, tú pones la preparación y yo me encargo del resto para que tengas la oportunidad de "que la inspiración te pille trabajando".